Aunque parezca que no pasa nada, algunas cosas cambian para no volver mas. Las detenciones de Pedraza y Zanola, dos históricos del MOO heredero de la dictadura, mas la oposición interna que le salió a Cavalieri, mas la organización de la Juventud Sindical en cuadros políticos formados, hacen que el actual esquema esté caduco. Eso no significa que mañana haya una nueva CGT. No. Pero el proceso de transformación es ineludible.
Hace un tiempo decíamos que la democracia estaba condicionada por las corporaciones. Y que entre esas corporaciones estaba la CGT. Una CGT que no se renovaba y que se adaptaba a los nuevos tiempos políticos para adecuar sus negocios. Salvando el espacio Moyanista, que peleó en los 90 contra el neoliberalismo, el resto de los Gordos es un claro ejemplo. Y son ellos los que están empezando a perder poder.
La impunidad con la que se manejaban ya no corre. Dos jefes sindicales presos. Uno por adulteración de medicamentos y otro por asesinato de un militante opositor. Varios cuestionados, sobre todo en la causa de los medicamentos. Y Cavalieri, ejemplo de como entregar conquistas y no negociar salarios, jaqueado por la oposición interna, por primera vez en mas de 30 años. La renovación sindical debería ser un echo biológico a esta altura. Tipos que bordean los 70 años, que debieran disfrutar de su retiro en alguna isla con la guita que ganaron, están dando pelea por un mundo que se acaba. Asi como se cayó el neoliberalismo que hegemonizó al planeta, estos dirigentes que formaron su poder en base a negocios amparados por la política noventista tienen escrito el final. EL tema es si con ellos se van tambien aquellos que pelearon en los 90, pero no pudieron cambiar desde adentro, o se quedan a cambiar definitivamente el modelo.
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