11 de noviembre de 2012

Cacerolos y periodismo cacerolo

Estoy cansando. Desde hace 10 días que escuchamos huevadas de todo tipo. La maquinaria propagandística del mutimedio oligopólico y sus afines oligopólicos genera un ruido infernal. Los cacerlos son NADA al lado de este ruido que no deja pensar y no deja vivir. Y si uno, que ya ni siquiera mira los canales y lee cada vez menos esos diarios, porque es imposible, está harto, me imagino el frío en la cabeza que deben tener sus lectores. Si, esos lectores/televidentes que eran mayoría en el Obelisco y en el país.

El jueves hubo una protesta. Una multitud se reunió para protestar. Y cada uno llevó su protesta individual. Le voy a robar a Angie el concepto de "catarsis colectiva" porque es clave: cada uno fue a desahogarse por su pena... Y NADA MAS. En la Plaza de la heterogeneidad, hubo lugar para todo, pero como hablar de todo es hablar de nada, hay que repasar dos o tres ejes principales de la protesta:

1) Los que fueron,  mayoritariamente votantes de la oposición, protestaron contra el sistema político. No contra el Gobierno, sino contra los políticos. Ahora bien, tampoco exigieron una nueva forma de participación. No exigían una democracia menos delegativa y mas horizontal. No. Reclamaban "que los políticos hagan bien su trabajo, que para eso les pagamos". Una actitud patronal, como si los políticos fueran "la muchacha" o "el empleado", en negro claro. Una ridiculez por donde se la mire. Los políticos no son empleados de nadie. Ese verso liberal/conservador yanqui se hace carne en los cacerolos y le erran al viscachazo. Para cambiar las cosas hay que comprometerse con una idea. No alcanza con movilizarse una vez cada dos meses. No alcanza con putear. El menemismo hubiera durado 2 años. asumirse como "el patrón" de los políticos expresa, en una de las pocas cosas serias que dijo Caparrós en los últimos años, un estado prepolítico. Los políticos son pares, no empleados, señor cacerolo. Enterese que ud tambien puede serlo. ¿Que? ¿Puesto menor? Asi le va a Magnetto

2) La crisis de representación que hay en el sector de la oposición es una debilidad de la democracia. Los radicales (otra vez, si), aún en retirada y con cada vez menos influencia en la vida pública, siguen siendo a segunda fuerza nacional. Y no conmueven a nadie. Los opositores no conmueven. Desde el peronismo gobernante hay ilusiones y capacidad de generación de ilusiones y esperanzas. Si yo fuese opositor y odiara al gobierno, envidiaría a los peronistas por tener eso que yo no tengo. Y estaría enojado, claro. Saber que dentro de tres años las cosas van a seguir mas o menos igual, y no poder hacer nada, debe ser fruustrante. 

3) El fin del periodismo es una realidad. Clarín ya no miente ni manipula. Clarin grita, ordena, le da sentido y sustento a la indignación. "Crisis", "desgobierno", "deslegitimidad", "decepción", son palabras que se están usando sin ninguna vergüenza. Ahora bien, que el periodismo atraviese la crisis mas grande de la historia de la profesión, y que las empresas mediáticas sean incapaces de sostener un negocio sin entrar en la extorsión, habla muy bien del gobierno que no se deja extorsionar y que sigue manteniendo su agenda a pesar de las embestidas mediáticas.

La del jueves fue una NO-MANIFESTACIÖN. Se juntó gente a gritar, pero hubo mucho ruido. No, no era por las cacerolas. Era Clarín.

2 de noviembre de 2012

Miedos

Hay veces que tengo miedo. Cuando camino de noche por un barrio que no conozco tengo miedo. Nunca se sabe que hay a la vuelta de la esquina. Normalmente no hay nada, pero la incertidumbre genera miedo. Miedo a perder algo. A que te roben. O peor. No se de donde sale ese miedo. Pero está. Los cacerolos tienen miedo a perder la libertad. Es un miedo ridículo, desde mi punto de vista. Pero los tipos tienen miedo. ¿Justificado? Yo creo que no, pero como le explicas a alguien que tiene miedo que no lo tiene que tener.

El martes hubo una reunión de compañeros de la Provincia de Buenos Aires. El lunes preguntaban si se hacía porque en la tele mostraban una Buenos Aires bajo el agua. Estaban preocupados. No tenían miedo, pero decían "¿se hace en estas condiciones?" Vienen a un barrio que no conocen y encima está bajo el agua. Mi explicación de que no había problemas no resultaba convincente. Le creían mas a la tele que a mi, claro. Por suerte la mayoría vino.

Mires desde donde lo mires, todos tenemos miedo por algo. ¿Se puede vivir asi? Claro que no. ¿Es lógico que los noticieros abran con una noticia de impacto emocional todos los días? ¿Es racional que los canales de noticias le dediquen horas y horas diarias a asesinatos, violaciones, etc? Es lo que hay. Somos consumidores de miedo.

El no te metás de los 70 era miedo. La dictadura nos dio una sociedad forjada a partir del miedo a desaparecer. Ese miedo se fue diluyendo y construimos una democracia con miedo a perder la democracia. Todas las decisiones políticas de los 80 son hijas del miedo a perder la democracia. Y la de los 90, a perder la economía. Y llegamos al 2001, sin economía y casi sin sistema político que banque la democracia. 25 años de tener miedo en sus distintas variantes. Somos una sociedad construida a partir del miedo.

A mi me causa gracia que el miedo hoy sea que "te mandan a la AFIP". Ternura. Infinita. A mi me mandaban la Infantería entre el 93 y el 2002. Que te manden la AFIP es como un juego. El miedo que hay es a perder cosas que hoy tenemos. La libertad la tenemos y nosotros (el peronismo) somos los que mas hicimos para que esa libertad exista. Si, ya se que hubo peronistas que pactaron con los militares. ¿Donde están? Se los llevó la historia. El peronismo puso el cuerpo para recuperar la libertad. Puso los muertos y (la mayoría) de los desaparecidos.

Este gobierno se dedica a ampliar derechos. AUH, Matrimonio Igualitario, voto a los 16, son ejemplos claros. Suena ridiculo (con respeto) que alguien sienta que pierde algún derecho. En esta nota Tenembaum dice que hay miedo a opinar. Porque te mandan a la AFIP. O porque te nombran por cadena nacional. No vamos a decir que Clarin hace lo mismo todo el tiempo y hay ejemplos recientes que lo demuestran. Clarín no es el Estado (aunque se dedique a incumplir cualquier ley que haya dando vueltas y se muestre como un Estado apralelo con su justicia express y todo) y desde el Estado hay que dar el ejemplo. Y se tomó nota de las cosas que molestaban. Hay menos cadenas nacionales y no se nombró mas a nadie. Pero el miedo sigue. El problema es que, todavía, no conocen el barrio.

El kirchnerismo (o sea, el peronismo de esta época histórica) amplía derechos, pero para todos. Eso, a algunos que estaban muy acostumbrados a los privilegios, les genera miedo. La igualdad genera miedo. Que el que tenía un rancho lejos se mude cerca, genera miedo. El miedo, genera miedo. Que haya jueces que reciben dádivas de los grupos poderosos, genera miedo. Pero que haya diputados que se someten al discurso de las corporaciones, por ejemplo, no genera miedo. Genera risa. Carrió da risa. Y la ampliación de derechos (por lo menos a mi y a muchos mas) me da alegría. La otra vez explicaba por qué éramos Hijos del 2001 y por qué había que pelear mucho para conseguir una densidad política que le permita avanzar al sector de la población que uno pertenece. El peronismo no le saca nada a nadie. Y este peronismo tiene un proyecto de país. Para tener otro, tienen que abandonar el miedo. Y para abandonar el miedo hay que pensar por uno mismo. Conocer el barrio que se visita. Y visitarlo mas seguido. Ese barrio, se llama política. Los esperamos a todos y a todas.