4 de agosto de 2011

El fracaso opositor

Hay que admitir, entonces, que existe hoy un mercado electoral disponible para que se imponga una alternativa al Gobierno. Sin embargo, de esa constatación no cabe deducir la derrota de la Presidenta. Que esa secuencia, que parece lógica, pueda no verificarse revela el problema central de la vida pública en el país: la política tal vez no le provea a esa franja disconforme de la sociedad el dispositivo organizativo necesario para que se produzca la alternancia.
Desde el derrumbe de 2001 se registra un pavoroso déficit de organización política que induce a imaginar que la crisis que se abrió aquel año se está volviendo crónica. En estos meses ese fenómeno arrojó muchas evidencias. El actual ciclo electoral se tragó por lo menos cuatro proyectos presidenciales: los de Julio Cobos, Ernesto Sanz, Pino Solanas y Mauricio Macri. Y puso en serio riesgo los de Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá, que no pudieron concluir su interna por falta de estructura.
Esta minusvalía en el campo opositor es el principal activo del Gobierno para las internas del próximo 14. Con el mismo criterio se puede aventurar que el radicalismo aventaja a los demás rivales de la oposición, ya que dispone de un mayor despliegue territorial en Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Catamarca, Chaco, Neuquén y Santa Cruz. La hipótesis de la eventual superioridad de Duhalde sobre Alfonsín debe ser cotejada con esta corroboración.
La carencia de una maquinaria electoral está agravada por la nueva legislación. La norma que regula las internas establece que para competir en octubre no sólo los candidatos presidenciales sino también las listas de diputados nacionales de cada distrito deben alcanzar el 1,5% de los votos válidos. Cabe suponer que muchos postulantes a la presidencia irán a las elecciones generales desprovistos de representación en numerosas provincias, con la consecuente carencia de movilización y fiscalización.

No soy yo, es Pagni que se acaba de chocar contra la realidad

2 comentarios:

  1. Si, salvo que Duhalde y Saa siempre estuvieron "en serio riesgo".
    Y Sanz jamás fue un proyecto de nada.
    Menos mal que les pagan para escribir esto. Lo que es tener suerte y cobrar un gran sueldito con tan poco.

    ResponderEliminar
  2. Lloran, Daniel. Se comieron los globos y cuando se acabaron las canciones de Gilda, se prendieron las luces y se miraron las caras, no sabían para donde correr. Y ya era tarde

    Un abrazo

    ResponderEliminar