Revisando algunas cosas viejas, me encontré con una revista en la que escribía en el 2000. La revista Apuntes era una revista de militantes, que expresaba el sentir de una época. Releyendo, demuestra la dimensión del proceso político que vivimos hoy.
Hablando del 24 de Marzo del 2000, había escrito (...) "Nosotros, los que "no la vivimos", estamos esperando que el viento cambie. Que el Pueblo decida volver a creer que se pueden cambiar la situación. Sin repetir los errores del pasado, pero creyendo en las mismas cosas. Mirando hacia atrás, pensando en aquellos que ya no están nos dan fuerza para seguir avanzando por ese camino que dejaron marcado y que tiene tres carriles llamados Justicia Social, independencia económica y Soberanía política. (...) Para que la política deje de ser una cosa amorfa, incomprensible y para unos elegidos, hay que comprometerse en el cambio de la realidad. "Los gobiernos no pueden realizar sino aquello que los pueblos saben pedir con autoridad y con firmeza". Lo dijo Scalabrini Ortiz que de esto sabía algo.
Y aunque la cultura del trabajo y del sindicato combativo haya sido reemplazada por el individualismo salvaje y un sidicalismo dialoguista, la cultura popular sigue existiendo en algun lugar. "El pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio (...) el pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido". Y si hay que esperar cuarenta años para que la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía política vuelvan a flamear como banderas revolucionarias, bien habra valido la espera, pues en ese momento, los compañeros que murieron, habran tenido una muerte por la que valió la pena vivir."
Gracias a Nestor y a Cristina, eso que veía tan lejano hace 11 años, pasa ahora. Cuidemosló, porque no es natural que esté pasando. Lo natural es lo otro.
Y es que era difícil ver claro en esos días (2000-2001). Todavía guardo un reportaje que le hicieron a Dolina en ATC donde hablaba de que jugaban al fútbol en canchitas donde antes había habido una fábrica...era un signo de decadencia, él lo comparaba con los habitantes del medioevo que usaban el mármol de las construcciones del imperio romano para sus casas.
ResponderEliminarPor eso nunca olvidaré que fueron ellos: Néstor y Cristina, los que nos devolvieron la esperanza a muchos que habíamos llegado a creer que eso era imposible. Y quién lo diría, otra vez hay una Argentina que espera lo mejor de nosotros, y debemos dárselo.