A pesar de que los tiempos de campaña los fuerzan a transitar con pies de plomo para evitar cualquier cimbronazo, los principales sectores internos de la CGT ya piensan en el día después de las elecciones de octubre y en los cambios que sobrevendrán en la central obrera ante un cada vez más seguro paso al costado de Hugo Moyano. El propio camionero parece haberse autoconvencido de que su ciclo ha llegado al límite y así lo sinceró ante algunos dirigentes con los que compartió charlas privadas en las últimas semanas: Estoy muy cansado de que los diarios me peguen todos los días.
Desde esa previsión, la búsqueda del sucesor de Moyano se convirtió en el eje de los permanentes conciliábulos entre la primera plana sindical. El denominador común de esos análisis se concentró en la apuesta por asegurar la salida en paz del camionero y en la conformación de una conducción de consenso, que aglutine a todos los sectores internos hoy alejados de la central, incluidos los gordos y los gremios aliados al gastronómico Luis Barrionuevo.
Moyano en persona parece propiciar esa búsqueda según lo dejó traslucir en la reunión que mantuvo días atrás con Gerónimo Venegas, el líder de Uatre y referente clave de las corrientes sindicales alineadas con Eduardo Duhalde. También importantes dirigentes aliados al camionero retomaron el diálogo con referentes de los gordos, con el objetivo de limar asperezas y empezar a pensar en un acuerdo para definir la nueva conducción de la central tras el fin del mandato de Moyano previsto para julio del próximo año. Los movimientos del moyanismo están guiados por el reconocimiento de su principal debilidad interna: Por más que nos juntemos todos los que hoy estamos con él (por el camionero), perdemos por goleada en el congreso (sindical), admitió uno de los dirigentes aliados al líder de la central obrera.
Si bien la idea de una conducción de consenso cuaja en la mayoría de los sectores internos de la entidad, aún entre los más acérrimos opositores a Moyano, las dudas surgen con rapidez al momento de coincidir en una figura para expresar ese espíritu. Descontado el nombre del titular de la Uocra, Gerardo Martínez, las alternativas de referentes con posibilidad de ocupar el máximo sillón de la entidad no sobran. Algunos imaginan con chances al jefe de la UOM, Antonio Caló, el dirigente al que el fallecido ex presidente Néstor Kirchner siempre soñó ver en el lugar de Moyano. Otros mencionan al referente de Sanidad Héctor Daer y tampoco faltan quienes deslizan la alternativa de algún tapado del propio moyanismo. Incluso, en algunas charlas reservadas se comentó la posibilidad de la vuelta a un esquema de conducción colegiada, similar al triunvirato que el propio camionero integró junto a José Luis Lingeri y Susana Rueda antes de hacerse con el poder total en la entidad.
Mientras en los gremios sopesan estrategias para zanjar esas diferencias, no pierden de vista los movimientos del Gobierno y la marcha de la campaña para los comicios de octubre. Están convencidos que el resultado electoral no será un dato más en la propia interna sindical y, sin bien descuentan que Cristina Fernández logrará la reelección, creen que el margen de su eventual victoria podría tener efectos para el futuro de la conducción cegetista. En ese sentido, algunos referentes sindicales sospechan que un triunfo muy abultado de la presidenta en octubre podría acelerar los tiempos de la salida de Moyano y fortalecería los planes de la Casa Rosada de digitar las formas y el candidato para suceder al camionero.
Desde esa previsión, la búsqueda del sucesor de Moyano se convirtió en el eje de los permanentes conciliábulos entre la primera plana sindical. El denominador común de esos análisis se concentró en la apuesta por asegurar la salida en paz del camionero y en la conformación de una conducción de consenso, que aglutine a todos los sectores internos hoy alejados de la central, incluidos los gordos y los gremios aliados al gastronómico Luis Barrionuevo.
Moyano en persona parece propiciar esa búsqueda según lo dejó traslucir en la reunión que mantuvo días atrás con Gerónimo Venegas, el líder de Uatre y referente clave de las corrientes sindicales alineadas con Eduardo Duhalde. También importantes dirigentes aliados al camionero retomaron el diálogo con referentes de los gordos, con el objetivo de limar asperezas y empezar a pensar en un acuerdo para definir la nueva conducción de la central tras el fin del mandato de Moyano previsto para julio del próximo año. Los movimientos del moyanismo están guiados por el reconocimiento de su principal debilidad interna: Por más que nos juntemos todos los que hoy estamos con él (por el camionero), perdemos por goleada en el congreso (sindical), admitió uno de los dirigentes aliados al líder de la central obrera.
Si bien la idea de una conducción de consenso cuaja en la mayoría de los sectores internos de la entidad, aún entre los más acérrimos opositores a Moyano, las dudas surgen con rapidez al momento de coincidir en una figura para expresar ese espíritu. Descontado el nombre del titular de la Uocra, Gerardo Martínez, las alternativas de referentes con posibilidad de ocupar el máximo sillón de la entidad no sobran. Algunos imaginan con chances al jefe de la UOM, Antonio Caló, el dirigente al que el fallecido ex presidente Néstor Kirchner siempre soñó ver en el lugar de Moyano. Otros mencionan al referente de Sanidad Héctor Daer y tampoco faltan quienes deslizan la alternativa de algún tapado del propio moyanismo. Incluso, en algunas charlas reservadas se comentó la posibilidad de la vuelta a un esquema de conducción colegiada, similar al triunvirato que el propio camionero integró junto a José Luis Lingeri y Susana Rueda antes de hacerse con el poder total en la entidad.
Mientras en los gremios sopesan estrategias para zanjar esas diferencias, no pierden de vista los movimientos del Gobierno y la marcha de la campaña para los comicios de octubre. Están convencidos que el resultado electoral no será un dato más en la propia interna sindical y, sin bien descuentan que Cristina Fernández logrará la reelección, creen que el margen de su eventual victoria podría tener efectos para el futuro de la conducción cegetista. En ese sentido, algunos referentes sindicales sospechan que un triunfo muy abultado de la presidenta en octubre podría acelerar los tiempos de la salida de Moyano y fortalecería los planes de la Casa Rosada de digitar las formas y el candidato para suceder al camionero.
Que rar es esta nota de El Cronista
Rara. No se condice con los movimientos y dichos de Moyano, antes de que el Hugo se guardara un poco.
ResponderEliminarPiumato dice que es cualquier cosa. Hasta pregunto si no la habia escrito Luisito, je.
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