Las malas de telenovela no descansan, ni aún cuando se vayan de viaje. La última novela que seguí, "Doña Barbara", esta última era maliiiiiiiiiiiiisima, se encargó de robar un imperio agricola a su viejo y moribundo marido, de desconocer a una hija, de enamorar al novio de su hija solo por venganza y competencia. En fin, una novela centramericana echa y derecha, con todos sus condimentos.
En estos días, se me ocurrió un argumento que estaría buenísimo. Ella, una malvada empresaria que se apropió de dos hijos y no quiere revelarles la identidad. Los chicos, que le creen a la madre (porque es la madre, al fin y al cabo) y hacen todo lo que la madre dice. Está tambien el secretario de la madre maliiiiiiiiiisima, que se encarga de poner la firma en todos los negocios sucios, se cree el verdadero dueño de todo el imperio. Por supuesto, están los heroes, los que quieren saber la verdad: en este caso un simpatico grupo de viejecitas que encargan de buscar y restituir la identidad de jovenes apropiados. Como en toda novela, parece que nunca en la vida se va a saber la verdad, hasta que ocurre una traición inesperada.
Te lo juro, sería un culebrón de aquellos ¿Alguien la querrá producir?
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