20 de septiembre de 2011

En el kirchnerismo ya discuten la “segunda fase de industrialización”

Los economistas cercanos al gobierno comienzan a debatir los mecanismos para financiar la industrialización en caso de que la presidenta sea reelecta, algo que descuentan todos los actores. La discusión gira en torno a los mecanismos para financiar la industrialización en este nuevo período.

Los economistas k ya comienzan a debatir los cambios en la política económica a partir de las elecciones de octubre, en la que Cristina se ve con claras posibilidades de ganar holgadamente. La discusión entre los distintos especialistas allegados al gobierno gira en torno a la industrialización y las medidas para conseguir el financiamiento que permita profundizarla.

Desde una óptica “neodesarrollista” encabezada por el director del Banco Nación y presidente de AEDA Matías Kulfas, se plantean tres caminos posibles para lograr este objetivo. El primero de ellos es la creación de una banca de desarrollo, similar al BNDes de Brasil, lo cual implicaría la creación de un nuevo organismo de una gran magnitud, “cuyas atribuciones pasarían por el análisis prospectivo de las actividades prioritarias”. Pero como contrapartida, “tiene el aspecto negativo el tiempo que demandaría su puesta plena en funcionamiento” señala Kulfas en la revista de AEDA.

La segunda alternativa, continúa Kulfas, “consiste básicamente en no crear nuevas instituciones sino montar departamentos especializados en análisis y financiamiento de proyectos de inversión en las instituciones ya existentes, tomando como referencia central a la banca pública”. Esta propuesta es compartida por los históricos economistas Aldo Ferrer y Eduardo Curia.

Por último, la tercera propuesta consistiría en mayores programas de financiamiento siguiendo como ejemplo a Fondo de Financiamiento Productivo del Bicentenario, para otorgar liquidez al sistema financiero local pero con un sesgo “productivista”. Este mecanismo implicaría una utilización del financiamiento mucho más amplia, con riesgos de que se pierda la “orientación estratégica” buscada.

Esta postura, que implica la creación de un plan integrado para el desarrollo de la industrialización, contrasta con la situación actual de la planificación económica por parte del gobierno. Hoy en día el ministerio de industria otorga un crédito a cualquier entidad que presente un proyecto productivo, lo cual genera recelo en los que apuntan a ser más selectivos en la entrega de facilidades para los emprendimientos.

Quienes están en la vereda de un plan integral de corte desarrollista consideran que es necesario concentrar los esfuerzos en la promoción de la industria tecnológica y la producción de conocimiento, como hicieron países del sudeste asiático. Estas ramas “son las que pagan mayores salarios y generan mayor cantidad de empleos” afirma Kulfas en el documento de AEDA. La creación en el 2007 del Ministerio de Ciencia y Tecnología, luego de la asunción de Cristina, mostró un intento del gobierno por valorizar el sector y es rescatado por Aldo Ferrer, quien ha sido funcionario en numerosos gobiernos a lo largo de las últimas décadas.

Ferrer además destacó en una entrevista realizada a principios de año que “el impulso a una serie de proyectos como la reactivación del programa nuclear y el apoyo a una serie de iniciativas del INVAP demuestran que hay una comprensión de la importancia de este tema”.

Este economista de más de ochenta años y uno de los mayores referentes del desarrollismo realizó junto a Eduardo Curia un trabajo en el 2006 en el que proponen la creación de “una gran masa de recursos que se acerquen a la demanda a través de las ventanillas del sector financiero, público y privado, de largo plazo, para PyMEs y grandes proyectos estratégicos”.

A lo largo de su historia la Argentina ha realizado proyectos similares durante otros períodos, por ejemplo en las presidencias de Peron y Frondizi. En esa época el estado manejaba las empresas de sectores estratégicos como el ferrocarril, el petróleo y los servicios públicos, muchos de los cuales fueron privatizados durante la década del 90’. En este marco algunos especialistas plantean retomar este sendero de fuerte intervención estatal, y sostener el rol de las empresas públicas y mixtas como impulsoras del crecimiento económico.

Pero el actual ministro de economía y candidato a vicepresidente de la nación, Amado Boudou, con su pasado neoliberal a cuestas, genera dudas acerca del carácter que pueda tomar el gobierno a partir de las elecciones de octubre. Uno de los principales aspectos es un posible acuerdo con el Club de Paris, un tema que genera discordias entre economistas y es fuertemente rechazado por algunos sectores.

2 comentarios:

  1. No sé cuanto más seguirán estos tipos chicaneando con el pasado de Boudou, a quién no podemos atribuirle medidas neoliberales en su desempeño como ministro.
    Igual es interesante plantearse no sólo la industrialización sino qué modelo industrial va a tener la Argentina.Porque no es lo mismo tener sucursales de multinacionales que Pymes y cooperativas; no es igual tener obreros y técnicos bien remunerados que trabajadores con salarios chinos (que no crecen a tasas chinas).
    Ni hablar del tema de la patentes: ser productor de conocimientos da una ventaja comparativa (y la posibilidad de extorsión ,también) que no puede superar un simple consumidor de tecnologías importadas.Con el nivel educativo que tiene la Argentina debería aspirar a producir conocimientos y tecnología;no limitarse a aplaudir porque una multinacional ensamblará artefactos en Tierra del Fuego (no niego su impacto, pero no debe ser la expectativa de máxima, sino el comienzo)

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  2. Iris, comparto lo que decis. Me limite a poner la noa, porque eso que decis de Budu, tiene menos impacto que una declaracion de Alfonsinito. El tipo va a tener 80 años y le van a decir "ud, hace 60, era liberal". Je.

    Con respecto a la otra parte de tu respuesta, comparto todo. Es un echo muy saludable que se empiece a discutir el rumbo del país, con una perspectiva de mas largo plazo.

    Un abrazo

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