Italia ha cambiado de Gobierno y ha sustituido al díscolo Silvio Berlusconi por un economista de prestigio en Europa como Mario Monti. Pero, pese a ello, no logra librarse de estar bajo vigilancia internacional para que cumpla con los ajustes y recortes comprometidos ante Bruselas. Dentro de esta política, confirmada tras la decisión de enviar al FMI a Roma para supervisar las decisiones del Ejecutivo italiano, la canciller alemana, Angela Merkel, ha enviado hoy una carta a Monti en la que, tras las tradicionales felicitaciones por su nombramiento, le urge a implementar "de manera urgente" las reformas.
La misiva y la temática de la misma no es nueva para el Gobierno de Roma después de que en agosto el entonces presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, exigiera también por vía epistolar a Berlusconi medidas concretas. Las reformas eran condición imprescindible, añadía Trichet, para que la autoridad monetaria europea saliese en ayuda de Italia en los mercados de deuda comprando sus bonos con vistas a atajar el acoso de los inversores. Entonces, la iniciativa desató una importante batalla política en el país.
Según ha informado el portavoz de la Cancillería, Steffen Seibert, Merkel le desea en la misiva a Monti "buena mano" para afrontar los "momentos difíciles" tanto en Italia como en Europa. "Asume el cargo en momentos difíciles tanto para su país como para toda la eurozona y con grandes esperanzas y expectativas depositadas en usted. Tanto usted como su gobierno deberán decidir e implementar de manera urgente reformas decididas y necesarias", señala Merkel.
"Me alegra poder trabajar con usted con el fin de superar los desafíos comunes en la eurozona, así como por el bien de Europa", subraya. Además, Merkel ha expresado su esperanza de que la cooperación entre ambos países "fortalezca la por tradición buena y profunda amistad" entre los pueblos germano e italiano.
Por otra parte, la dirigente alemana ha vuelto a insistir hoy en que el BCE no puede ser la solución a la crisis. "Estoy convencida de que sólo soluciones políticas pueden resolver la situación. Si los políticos piensan que el BCE puede solucionar la crisis del euro, están entonces equivocados", ha asegurado antes de añadir que incluso si el BCE asume el papel de prestamista de último recurso, esa decisión no resolvería la crisis. Berlín se opone a reforzar el papel del instituto emisor por temor a que motive un relajamiento en los países que deben llevar a cabo las reformas y recortes para reducir el déficit.
Sin embargo, para los analistas y para el Gobierno francés, que el BCE refuerce su intervención en los mercados, algo restringido por sus actuales estatutos, es una de las claves que permitiría ganar tiempo a la crisis y evitar que los problemas en la deuda se sigan extendiendo. Esta semana, 12 de los 17 socios del euro están sufriendo algún tipo de tensión en los mercados.
Antes de Merkel, su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha dicho que la crisis de deuda está empezando a afectar a la economía real y pidió vigilancia para evitar que se contagie a los bancos y las aseguradoras. En el mismo acto, Schäuble ha resaltado que está claro que la crisis está creando una creciente incertidumbre entre los inversores, pero ha tildado de exagerada y difícil de justificar la escalada en las rentabilidades de los bonos de algunos países de la eurozona.
La misiva y la temática de la misma no es nueva para el Gobierno de Roma después de que en agosto el entonces presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, exigiera también por vía epistolar a Berlusconi medidas concretas. Las reformas eran condición imprescindible, añadía Trichet, para que la autoridad monetaria europea saliese en ayuda de Italia en los mercados de deuda comprando sus bonos con vistas a atajar el acoso de los inversores. Entonces, la iniciativa desató una importante batalla política en el país.
Según ha informado el portavoz de la Cancillería, Steffen Seibert, Merkel le desea en la misiva a Monti "buena mano" para afrontar los "momentos difíciles" tanto en Italia como en Europa. "Asume el cargo en momentos difíciles tanto para su país como para toda la eurozona y con grandes esperanzas y expectativas depositadas en usted. Tanto usted como su gobierno deberán decidir e implementar de manera urgente reformas decididas y necesarias", señala Merkel.
"Me alegra poder trabajar con usted con el fin de superar los desafíos comunes en la eurozona, así como por el bien de Europa", subraya. Además, Merkel ha expresado su esperanza de que la cooperación entre ambos países "fortalezca la por tradición buena y profunda amistad" entre los pueblos germano e italiano.
Por otra parte, la dirigente alemana ha vuelto a insistir hoy en que el BCE no puede ser la solución a la crisis. "Estoy convencida de que sólo soluciones políticas pueden resolver la situación. Si los políticos piensan que el BCE puede solucionar la crisis del euro, están entonces equivocados", ha asegurado antes de añadir que incluso si el BCE asume el papel de prestamista de último recurso, esa decisión no resolvería la crisis. Berlín se opone a reforzar el papel del instituto emisor por temor a que motive un relajamiento en los países que deben llevar a cabo las reformas y recortes para reducir el déficit.
Sin embargo, para los analistas y para el Gobierno francés, que el BCE refuerce su intervención en los mercados, algo restringido por sus actuales estatutos, es una de las claves que permitiría ganar tiempo a la crisis y evitar que los problemas en la deuda se sigan extendiendo. Esta semana, 12 de los 17 socios del euro están sufriendo algún tipo de tensión en los mercados.
Antes de Merkel, su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha dicho que la crisis de deuda está empezando a afectar a la economía real y pidió vigilancia para evitar que se contagie a los bancos y las aseguradoras. En el mismo acto, Schäuble ha resaltado que está claro que la crisis está creando una creciente incertidumbre entre los inversores, pero ha tildado de exagerada y difícil de justificar la escalada en las rentabilidades de los bonos de algunos países de la eurozona.
Nota de El país
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