Corporativismos

En los primeros 4 años de gestión, el kirchnerismo se encargó del capitalismo financiero. Quita de deuda al FMI, aumento de reservas en el Banco Central, autonomía y liderazgo de la política con respecto a la economía (Lavagna fùè el último superministro de Economía). Se domó al PJ en su versión duhaldista. La verdadera derrota de Duhalde fue en 2005, con intendentes del conurbano (Hola Cacho, no no me olvidé que en 2003 eras menemista y en 2005 duhaldista) jugando a su favor. Claro, se seguía acordando con Clarin, con la CGT y con las entidades agropecuarias. Nosotros, con nada, teníamos el poder político.

En la segunda etapa del gobierno se pulverizó a las corporaciones agrogarcas y se puso en evidencia (y se acorraló) a las corporaciones mediáticas. Las medidas concretas del gobierno las sabemos todos, no las voy a enunciar.

El hilo conductor del kirchnerismo es la lucha contra las corporaciones. Es el ADN. En realidad, no el sustento del kirchnerismo sino una necesidad social que se forjó en los 90 y se consolidó en 2001. El Pueblo, básicamente, no quiere que nadie condicione la democracia. El esquema montado desde el 55, donde ninguna fuerza podía gobernar porque el peronismo no estaba incluido y el peronismo no podía gobernar porque los demás no nos dejaban, derivó en un sistema acuerdista de tipo corporativo que está llegando a su fin. La democracia era, entonces, una formalidad para que los grupos con intereses particulares se pusieran de acuerdo. La condición, claro, es que Perón no volviera, porque con Perón, el corporativismo se tenía que subordinar a su conducción. Pasaron el Peronismo sin Perón, de Vandor, por ejemplo. Las corporaciones difícilmente puedan jugar con éxito en política. Casi ningún dirigente corporativo tuvo éxito electoral. El Pueblo no les cree a los que defienden intereses sectoriales.

Bien. Toda esta introducción es para preguntarnos por donde sigue el Gobierno ¿Es la CGT una corporación como, digamos, Clarín? ¿Es el mundo sindical corporativo quien está en la mira del kirchnerismo? Si la respuesta a estas preguntas es si... ¿Están los compañeros Moyano, Piumato, Recalde mas cerca de Lezcano y Cavalieri o mas cerca de Cristina? Estas preguntas se van a ir contestando con el tiempo. Yo no tengo las respuestas. Profundizar, para el kirchnerismo, se hace desde la confrontación. Desarmar la madeja del sindicalismo que no representa a nadie, que tiene poco porcentaje de afiliados, que se dedica a hacer negocios pero no a formar cuadros, va a ser muy complicado. No todo el sindicalismo es igual, claro. 

No se trata de hacer personificaciones ingratas, sino de interpretar que significa hoy la CGT, que intereses defiende y que significa que sea Moyano el Secretario General y que significa que sea otro. Moyano es el menos peor de todos. Pero para conducir los tiene que tener a todos. Eso significa defender la CGT y no, por ejemplo, Aerolíneas. Significa defender a Venegas y a Zanola. Eso no implica que sean socios. Para mi es un reduccionismo. Para mi eso muestra cual es el grado de libertad que tiene Moyano en ese lugar. Ojo, con otro sería peor. No abogo por su salida.

La CGT es una institución compleja. Es un poder que se cree eterno y juega al desgaste para imponer condiciones. Esta CGT vandorista (ponele) se dedica a golpear y a negociar. Si, como Clarín. con otros intereses pero con los mismos métodos. Funciona para gobiernos que son enemigos del Pueblo. No funciona con gobiernos populares. La conductora del Movimiento Obrero Organizado es Cristina, no Moyano. Y lo va a seguir siendo, por mas que no salga el mínimo no imponible y la ley de reparto de ganancias. Aca se desarrolla esta idea. 

En definitiva, diluir la influencia de las corporaciones en la vida democrática es un salto institucional inigualable. Que los representantes del Pueblo no estén condicionados por factores externos (una tapa de un diario o un paro, por ejemplo) sería extraordinario. Mientras tanto, vamos como podemos. Recordando que votamos a un gobierno para profundizar, prometiendo que nosotros ibamos a bancar. Todavía no es época de administrar lo conseguido. Institucionalizarnos en esta fase sería un error. Reducir aún mas la brecha entre ricos y pobres es una deuda. Nunca nos olvidemos de eso.