Las mentiras del Doctor

En su Editorial de hoy el compañero (?) Mariano Grondona nos deleita con una gran frase: 

"La segunda diferencia entre ambos traspasos es que los "pecados" de los gobiernos militares entre 1930 y 1973, que sin duda existieron, no fueron ni remotamente comparables a la feroz represión del régimen militar de 1976-1983, que generó miles de atentados sin parangón contra los derechos humanos."

Claro, es la única frase decente en toda la nota. Porque ella se encarga de argumentar a favor de una nota de Kovadloff, que a su vez, comentaba un libro de Eliaschev. Esa nota, llamada "La media verdad que nos falta" Esa media verdad, que proclaman Eliaschev, Kovadloff y Grondona, es "la que se enmascara y termina por distorsionar incluso el alcance de la primera, atañe a las acciones criminales de quienes, ya antes de ese golpe y en nombre de la "patria socialista", embistieron contra el orden constitucional. En la denuncia de este encubrimiento y de algunas de sus consecuencias dramáticas pone el autor de este libro un acento inconfundible por su claridad y coraje." O sea, la de retomar la teoría de los 2 demonios. Alfonsinismo puro, obvio.

Pero Grondona le agrega su parte. Miente. O sea, esto no es una interpretación. Miente en el dato que agrega a la nota. Dice El Doctor:

Según las fuentes a las que hemos consultado, esta otra "media verdad" tendría que incluir el hecho de que aún hoy hay alrededor de mil militares presos sin condena. Algunos de ellos pueden haber cometido crímenes de lesa humanidad, pero todos ellos siguen en prisiones comunes con procesos inexplicablemente aletargados que se prolongan indefinidamente, sin que el Estado de Derecho, que es por definición el nuestro, haya avanzado resueltamente después de que el presidente Kirchner, a partir de 2003, ordenó encarcelarlos.

Dice "fuentes". Que mejor fuente que el Ministerio Publico Fiscal ¿no? Según la Unidad Fiscal de Derechos Humanos, del ministerio Publico Fiscal, hay 486 detenidos por crimenes de lesa humanidad, de los cuales 196 genocidass ya están condenados, es decir, 300 personas están con prisión preventiva de los 820 que están procesados. Los datos son de acá. Pero no es la única mentira del Doctor, claro. Debería dejar de frecuentar a sus amigos que le brindan datos falsos.

Al mantenerlos en la cárcel, así, ad infinítum, sin plazos a la vista, lo que ha desencadenado el kirchnerismo desde 2003 hasta la fecha, ¿son entonces actos de justicia o actos de venganza? ¿Son actos de justicia, cuando una alta proporción de los detenidos tienen más de setenta años y merecerían por ello la prisión domiciliaria que se les desconoce? ¿Son actos de justicia cuando cerca de 140 de ellos han muerto en la cárcel sin condena, por enfermedad o por vejez?

Es raro que un abogado no respete a la Justicia. Endilgarle a un Gobierno el accionar de los jueces, es demasiado. Son los Jueces, fue esta Corte Suprema, la que impulsó la acordada para que los procesados sigan presos. Es que los camaristas se demoran en iniciar los juicios orales, je. Son los amigos de los militares los que se resisten en acelerar los procesos, en concentrar las causas. Estos días vimos como asesinos comprobados como Astiz amenaza a toda la sociedad, amplificado por los medios oligopólicos, claro. Para generar miedo. Para desestabilizar. Como amenaza ahora el Doctor

¿Queremos este fatídico derrotero para nosotros? Aunque silenciadas, ya hay organizaciones de hijos y nietos de militares que maduran, quizá, su propia revancha. La única manera de ponerle coto a esta fatídica secuencia es la reconciliación. Cuando Mandela tomó el poder en Sudáfrica, lo primero que hizo fue promover el perdón recíproco de los blancos y los hombres de color. Hoy, Sudáfrica es un ejemplo de democracia. ¿Nos queda demasiado lejos este horizonte? Este es, al menos, el temor de Kovadloff.

Hijos y nietos de militares, dice. Me causa gracia. De lo que se preocupa es del avance de los juicios a los civiles cómplices, como marca perfecto en este párrafo:

Dos criterios campearon en Nuremberg: uno, que Hitler y sus secuaces habían cometido crímenes de lesa humanidad , esto es, crímenes tan graves que habían lesionado a la humanidad como tal; el otro, que era imposible juzgar a los miles de alemanes que, en su momento, habían apoyado a uno de los grandes carniceros de la historia. Al limitar el juicio a los ex comandantes del Proceso, ¿no siguió acaso Alfonsín este mismo criterio? Las leyes de punto final y de obediencia debida, ¿no apuntaron en esta dirección? Los indultos de Menem y de Duhalde beneficiaron a militares y terroristas por igual.

El perdón es el argumento de los cómplices. Como bien explica el Doc, está última dictadura civico-militar tuvo el distintivo de formar un Estado Genocida, con lo cual, la respuesta de la democracia debe ser otra. No basta el "perdón" para un genocidio. Es falaz decir que Mandela ordenó el perdón. lo que pasó en Sudafrica fue otra cosa. Allí, hubo un proceso de reconciliación donde los  genocidas admitieron sus crímenes, entregaron los cadáveres y las propiedades, dijeron donde había fosas comunes y donde describieron el funcionamiento del Estado represivo, ante jueces. Y los jueces dictaminaron una condena mas leve, en esos casos. Hubo reparación espiritual. Ninguna de estas cosas existieron en nuestro país. Por el contrario, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida (en ese orden) se debieron a presiones de la corporación militar. Lo que demuestra que Alfonsin no asumió con el poder, Doc.

Esto no ocurrió en el caso de Alfonsín, quien fue el primer presidente civil que asumió tanto el "gobierno" como el "poder" debido a que las Fuerzas Armadas habían quedado desmembradas por la Guerra de las Malvinas, un conflicto que Juan Bautista Yofre acaba de narrar en su libro 1982 , un documento tan imborrable como el del propio Eliaschev.

El PODER, siempre, hasta 2003, estuvo en un solo lugar: las corporaciones económico-mediáticas. Ellas son las herederas de la dictadura, las que condicionaban a la democracia con golpes de mercado, como en el 89, o con golpes mediaticos, como en 2008. Esta democracia condicionada es la que se terminó en 2003. Eso es lo que vamos a votar el domingo que viene, y es la razón fundamental del triunfo arrasador de Cristina. La lista de almacenero, es decir, la AUH, la estatización de los fondos de las AFJP, la Ley de Medios, etc, son expresiones materiales de ese cambio estructural que se dio en el Estado Argentino.  Y de eso, Doc, no hay vuelta atras. Mal que le pese