15 de marzo de 2012

Majul, el crack

Por lo menos, esta vez no usó comillas al pedo y no citó fuentes fantasmas. Hay que ver el lado positivo.

Quienes seguimos con interés y detalle lo que dice y lo que hace la Presidenta (Linda forma de arrancar una nota: QUIENES) estamos sorprendidos por el brusco giro (Brusco giro?) que tomó su discurso después del incomprensible silencio (que manera de adjetivar, papi!) ante la tragedia del 22 de febrero pasado en la estación de Once. Desde aquella tarde, en Rosario, donde se la vio gritar frente al Monumento a la Bandera como una militante más "¡vamos por todo!" (es una militante mas, solo que tiene otra responsabilidad), y en la que comparó, de manera inapropiada (eso según vos, porque en realidad comparó el dolor de la ausencia, pero bueh), la muerte de Néstor Kirchner con la de las 51 víctimas del tremendo choque, Cristina Fernández no dejó de cometer errores políticos casi infantiles (y eso lo decís ¿vos?) y excesos verbales y gestuales inhabituales, propios de un principiante y no de una mujer política de extensa trayectoria (Por lo menos le reconocés trayectoria. Vamos mejorando).

¿Es porque empezó a acusar recibo del rechazo social que provocó su silencio en vastos sectores de la población, incluido el núcleo duro de su clientela más fiel? (Clientela? No te quejes cuando te bardeamos por la calle) En el discurso de apertura de las sesiones legislativas Cristina Fernández tuvo repentinos cambios de humor (Volvemos a la teoría de la bipolaridad?), habló demasiado -tres horas y cuarto- (mucho? poco? Es lo definis ¿vos?) y cometió el mismo tipo de gaffe que había cometido cuando dio por inaugurada la guerra santa contra el campo (Guerra santa? Estas fumando eso de vuelta, Luis?): estigmatizó a un sector completo de las sociedad, en una reacción típica de la derecha más rancia (no vas a comparar a los docentes con los agrogarcas, te lo pido). En marzo de 2008 había confundido a la parte más productiva del campo con la oligarquía ganadera (confundido. Ajá). La semana pasada hizo lo mismo con los docentes (te dije que no lo hagas), al afirmar, de manera errónea y prejuiciosa, que trabajan cuatro horas por día y gozan de tres meses de vacaciones (casi como vos, jua). Lo que encendió la chispa del rechazo al Gobierno hace cuatro años fue aquella infeliz alusión a "los piquetes de la abundancia" (uh, yo habia pensado que la disputa era por guita, no por malestares). Lo que enoja e indigna ahora no es sólo la mención a los maestros que gozan de estabilidad laboral (ya está cerrado el tema Luis, se lo decía a Joaco el otro día, pero se ve que uds no se hablan (?)) sino también el razonamiento de que la tragedia de Once fue posible, entre otras cosas, porque desde 2003 más personas viajan en tren, ya que hay menos desocupación y más trabajo (eso es verdad ¿o no?).

¿Qué es lo que deberíamos hacer los argentinos frente al Gobierno? (en principio, no poner palos en la rueda) ¿Agradecer a Ella por todo lo bueno y quedarnos en silencio ante todo lo malo? (buenos y malos, que esquemático) La desmesura verbal y oficial es tanta que contagió también al ministro de Planificación, Julio De Vido, un hombre de bajo perfil que habla poco y casi siempre lo justo (Se ve que sos especialista en gente que habla mucho y poco. Y lo justo. Crack). Al despedir a Juan Pablo Schiavi, De Vido dijo que siempre se cuentan los muertos que se producen después de una tragedia, pero no los que se evitan por obras como la autopista Rosario-Córdoba (Gran verdad). Y el martes, en el recinto del Senado, le gritó "sinvergüenza" al senador radical Gerardo Morales, mientras éste lo responsabilizaba por los 51 muertos de la tragedia de Once (Morales que pida perdón por los muertos del 2001 y después que hable de algo. Digo ¿no?). En el medio del griterío, el ministro, igual que la jefa del Estado, se quitó de encima toda culpa al argumentar que los subsidios que les vienen dando a los concesionarios fueron producto del colapso de los contratos en 2001, cuando Fernando de la Rúa se fue del gobierno en helicóptero (Gran verdad). Se trata de una media verdad (Ah, media verdad. Ajá). La otra mitad es que hace casi nueve años que él está frente al ministerio, y que Ricardo Jaime, un incondicional de Néstor Kirchner, fue durante cinco años amo y señor de los subsidios y de los negocios paralelos alrededor de ellos (Y que tiene que ver esta media verdad con la otra media verdad?).

¿Qué le está pasando a la Presidenta? (Estará hinchada las pelotas) ¿Volvió a transformarse en la maestra de Siruela que retaba a todo el mundo y se creía dueña de toda la verdad, antes de la muerte de su compañero de toda la vida? (No es un poco subjetivo lo tuyo Luis?) ¿Alguien la está asesorando mal o se trata de decisiones propias? (De nuevo, no se por qué insistis en que hace las cosas MAL) ¿Alguien la está alentando para que ponga la cara "ante la adversidad" y empiece a malgastar, en pocos días, toda la intención de voto, la imagen y el apoyo popular que recuperó inmediatamente después de transformarse en viuda? (Si, porque Cristina es medio boluda y le da bola a cualquier gil) Las ligeras acusaciones contra el columnista Carlos Pagni (ligeras? debería haberle dicho cosas mas duras?), a quien calificó de antisemita (y si el tipo califica negativamente de MARXISTA y JUDIO a alguien, como lo llamarías?), y contra un secretario de Redacción de Clarín (Osvaldo Pepe, un gusto, te lo presento, se ve que no conocías el nombre y se cerraba la nota), a quien presentó como un nazi, deben inscribirse en esa tendencia a desbocarse (Tendencia a desbocarse. Ajá). Si se lee con atención la nota de Pagni sobre Axel Kicillof (ojo, con atención hay que leer), se notará que, antes que una adjetivación, hay un intento minucioso de describir los antecedentes familiares del viceministro de Economía (intento minucioso, dice el semiólogo Majul). Y si se hace lo mismo con el artículo de Osvaldo Pepe (Ah, lo conocías! genial), se comprobará que él nunca habló de un "gen montonero" (no, dijo que eran hijos de Montoneros y que tenían los mismos genes que los padres. RE distinto) sino que puso de manifiesto la tendencia a la soberbia que tenían los jefes de esa organización guerrillera (Soberbia. Ajá) y la que ostentan hoy quienes conducen La Cámpora (Ah, el gen de la soberbia. RE claro). Es decir: hay que forzar demasiado la lectura para coincidir con la estigmatización que hizo Cristina Fernández de ambos colegas (Cristina estigmatiza, aprendizaje de esta nota. Lo repetiste 4 veces. Sutil).

Lo que sí parece una enormidad y un abuso en el ejercicio del poder (a la mierda) es que un jefe de Estado use el atril (preferirías que hable tipo stand up, con micrófono en la mano y todo?) y todo el inmenso aparato de comunicación oficial (tooooooooodoooooooo) para señalar con el dedo a dos profesionales que escriben lo que piensan (ok, que esos profesionales estigmaticen una agrupación es un detalle). Constituye una suerte de caza de brujas (ah, lo tuyo es de crack) más propia de las dictaduras (bueh) o de los regímenes autoritarios (diferencias?) que de un gobierno democrático que respeta la opinión de los otros, aunque sea distinta (y la presidenta no puede opinar de la opinión de otros? RE democrático).

La derechización y el creciente enojo de la primera mandataria también se registra en el plano de las ideas (derechización? juaaaaaa) y de los negocios: en vez de retar a los habitantes de las provincias que defienden el medio ambiente, debería abrir el debate sobre la conveniencia de alentar la minería a cielo abierto (la parte donde dijo que hay que discutir sin extremismos te la pasaste). Es posible que el Gobierno necesite de esas inversiones para recuperar la caja que está perdiendo a pasos agigantados (es Kaja, luis. me extraña). Es probable también que el ataque a los maestros se explique por la necesidad de poner un límite a las paritarias que inauguran el año económico (Genio!). Sabemos que la pretensión de tirarle por la cabeza el subte y los colectivos a Mauricio Macri responde a esa lógica (por la cabeza. Podrías disimular un toque, Luis). Y también a la de "desfinanciar" el presupuesto de la Ciudad (sos vos o es Mauri el que habla) y transformar al jefe de Gobierno en un rehén político (ah, bueh) y colocarlo en una situación parecida a la del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli (o sea, la de un presidenciable del FPV (?)).

El ataque al enemigo perfecto y ficticio es otra de las jugadas habituales que solía impulsar Kirchner y que repite ahora Fernández cada vez que hechos como la catástrofe de Once amenazan con afectar su imagen e intención de voto (que voto, nabo, no hay rerreelección). Apunta, además, a "correr" de la agenda los temas negativos, como la denuncia contra el vicepresidente Amado Boudou (si, porque no salen mas en los diarios las "denuncias" contra Budú). Los que le acercan encuestas con números reales y "no para publicar" están empezando a dudar de si Cristina está haciendo una buena elección del enemigo (y dale con los votos). Macri y Scioli son los dirigentes nacionales que más crecieron desde el 22 de febrero pasado (un poco coyunturales los números, no Luis?). Y Ella está empezando a bajar, aunque nada indica que esa caída sea constante e irreversible (ah, menos mal, ahora duermo tranquilo). Será, como siempre, la marcha de la economía la que termine afectando, de verdad, el humor de los argentinos (entonces, los números que tiraste son cualquiera). Es probable que la Presidenta sea consciente de lo que se viene (lo que se viene). Y que esté empezando a acomodar el relato para adjudicar responsabilidades bien lejos de la Casa de Gobierno y la quinta de Olivos (relato. OK).

8 comentarios:

  1. Los sueños de Majul son confusos: mientras se babea pensando en el fin de Cristina, reparte su entusiasmo entre Macri y Scioli. Cuando leí "Majul, el crack" pensé que te referías al crack consumido por Majul...

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    1. Se babea con mauri el idiota. Y gabla de periodismo independiente.

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  2. Yo hoy la empece a leer y la verdad espere a que la cuelgues del Blog... porque ya son insoportables... ahora, yo no entiendo, supongo que Pagni debe pensar que Majul es un pelotudo y no lo debe ni saludar... Pero nunca se ponen de acuerdo, Pagni tilda al 2do en economía de Marxista y este pelotudo, habla de derechizacion... Lo demás de la nota, es que están calentitos de que la presidenta les conteste y no están acostumbrados a que les retruquen...

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    1. Lo de la derechización del gobierno es genial. el tipo necesita que haya un tarifazo o algo asi, para sentir que tiene razón. Es un psicopata

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    1. Nunca mejor expresado, estimado Anónimo. A la izquierda de Cristina, solo la pared

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