Estoy leyendo esta nota de Zloto que salió en Veititrés, calculo que el viernes pasado. Como el tipo me cae bien, a pesar de algunas goriladas que se manda (no como su compañero, que es, a esta altura, insoportable), voy a tratar de repensar las cosas que dice. Y me surgen algunas dudas con respecto a lo que escribe. Nos dice:
1 - Fui empleado por su hermano Diego Estévez, que por entonces trabajaba como consultor, y que luego fue asesor de José Alfredo Martínez de Hoz, primero, y ya en democracia secretario de Estado durante el menemismo. Una buena persona con ideas de derecha. Una buena persona que trabajó para un genocida, y una dictadura genocida, y después para M#n#m. Raro, pero lo acepto.
2 - Mi empleador había sido contratado por uno de los bancos líderes para que le calculara la inflación mensual con días de anticipación a la difusión del dato del Indec. A esa información adelantada el banco le sacaba enorme rédito en operaciones financieras. Diego Estévez no hizo otra cosa que tomar la canasta de bienes y las ponderaciones del índice oficial, diseñar planillas y elegir seis barrios de la ciudad para tomar los precios. Mi trabajo consistió, primero, en ubicar los comercios en cada uno de los barrios que cubrieran buena parte de la canasta, y luego relevarlos dos veces por mes a cada uno. O sea, una chantada, de las muchas que hubo, hay y habra dando vueltas por ahi. Nada nuevo, hasta ahora.
3 - A pesar de esa precariedad, durante el tiempo que trabajé en 1978 pude comprobar que en ningún caso nuestro resultado se alejaba en más de algunas décimas del número oficial. Y no eran meses de baja inflación: ese año los precios al consumidor subieron más del 150 por ciento. Si, por ejemplo, nuestra medición mensual arrojaba 8,4 por ciento, la del Indec estaba en un entorno de entre 8 y 8,8 por ciento. No más que eso. O sea, encontraron una muestra fiable y les daba mas o menos parecido al INDEC. Hasta ahi vamos. Una chantada bien echa, que le hacía ganar guita al jefe de Zloto.
4 - El testimonio muestra que seguir la evolución de los precios de una determinada canasta de bienes es una tarea relativamente sencilla, sin demasiado misterio. Lo que sí es metodológicamente complejo es la definición de una canasta representativa. Pero dada una canasta oficial, es fácil medirla. Muy buena definición. El INDEC hace una canasta representativa y todos los chantas privados se lanzan a medir, en 6 barrios, dos veces por mes, para hacer plata con sus clientes. Interesante.
5 - Por otra parte Diego Estévez fue sólo un pionero. De ahí en más hubo muchas consultoras que hicieron lo mismo y, salvo excepciones, con resultados muy cercanos a los del Indec. Hasta 2006. La divergencia comenzó a principios de 2007, pero no por culpa de los privados sino como consecuencia de la fatídica idea que tuvo el Gobierno de distorsionar la medición. No casualmente, también a partir de 2007 aparecieron grandes diferencias entre la inflación calculada por las provincias con la del Indec. Las discrepancias no son ideológicas ni geográficas, sino de honestidad metodológica. O sea, el error del Gobierno, según Zloto, fue cambiar la canasta representativa. El lo llama "honestidad metodológica". Interesante., hasta ahi, lo que sorprende son las conclusiones.
6 - No hay otra manera de recuperar la credibilidad del Indec que medir correctamente la inflación. Y mal que le pese al Gobierno, eso sucederá cuando los datos oficiales vuelvan a parecerse a los privados. O sea, no importa lo que se haga, la inflación es la que miden los privados, con la vieja canasta representativa.
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