El domingo a la noche, hablando con mi cuñado, mi señora y mi hermana de la muerte de Nestor y otras cuestiones anexas. En el medio del debate, se filtró una idea que anda dando vueltas en mi cabeza desde hace tiempo: la militancia en los 90, la resistencia en los 90, bah, la vida en los 90. Y es necesario decir, frente a toda la ola generalizadora que dice que en los 90 no se militaba, que la militancia de esa época es lo que permite que exista este presente. Sin las Madres y las Abuelas, sin las marchas de la Resistencia de mil personas, sin las batallas contra la Ley Federal de Educación, o la Ley de Educación Superior, o la Flexibilización Laboral; sin la marcha grande o la Marcha Federal; sin el FRENAPO; sin la lucha contra el FMI y mil cosas mas, este presente no existiría.
La Resistencia durante los 90 es trascendente en términos históricos. Muchos de los resistentes de los 90 son hoy primeras figuras políticas del país, empezando por la compañera presidenta, que tuvo los ovarios asi grandotes para enfrentarse al menemismo. Es un caso único donde echaron a una persona de un bloque.
Recordar que los procesos históricos no nacen de un repollo, sino que son fruto de un pasado nos va a hacer entender el rol que tenemos que jugar en el presente. Nadie está fundando nada, sino que estamos tomando banderas que existieron desde la fundación de nuestra patria. Hoy, por suerte, somos muchisimos mas los que sostenemos esta lucha. Pero no podemos olvidar a quienes sostuvieron la llama prendida, aún en los momentos mas oscuros.
Es cierto fue el inicio del camino al actual proceso.
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