35 años - Una historia

La primer frase que recuerda mi memoria, es mi viejo diciendo "deja de llorar porque te va a venir a buscar Videla". En rigor de verdad, no se si la recuerdo o creo que la recuerdo porque me contaron la anecdota muchas veces. Mi papa, que gritó el gol que no fue de los holandeses "para que se vayan esos milicos hijos de puta", tenía plena conciencia de lo que decía.
Dice mi vieja que, en una reunión, estaban hablando de Gardel, y de como había muerto y yo que se que mas, y a mi se me ocurrió preguntar: "Mamá ¿Gardel es un muerto o un desaparecido?" Mi vieja nunca cuenta que respuesta me dio. Solo me mira como si mirara a ese pendejo que intentó proteger del horror que había a su alrededor. Y se ríe clar, porque ahora todos podemos reír.
En rigor de verdad, no tengo idea de si mis viejos tienen amigos desaparecidos. Creo que si. Sin embargo, el exilio de un montón de gente, que desaparece voluntariamente para no desaparecer fue lo que mas me marcó. Yo era chico, y pedía que una prima de mi vieja exilada en Seucia me mande un cassette del Negro Fontova con la canción "me tenés podrido". Yo, que no tenía idea de las distancias, le exigía a mi vieja que le diga a su prima, por carta, que me mande ese cassette. Y lo mejor es que me lo mandó. Todavía no me entra en la cabeza la dimesión del horror.
Cuando era chico y la maestra me preguntaba de que laburaba mi papa, mi vieja se encargaba de repetirme una y otra vez que era "comerciante". Yo lo tenía bien aprendido. En rigor, no era un delirio, pasa que en esa época casi no había comercios. Y la pobreza era mucha. Y la tristeza era mucha. Se respiraba en el ambiente. Nunca me puse a pensar si había tenido algún compañero de la primaria con padres desaparecidos. Era todo silencio. De eso no había que hablar.
En el 85, entré a mi casa luego de jugar al futbol y encontré en la cocina a un tipo muy parcido a mi viejo. Es tu tío, me dijeron. De repente, 2 tíos nuevos, 3 primos, una vida que no existía. Entender el drama del exilio era  terrible, pero se resumía fácil: mi primo Juan, el único primo mas grande que yo, era hincha de Argentina. Capaz era su modo de estar ligado a su país. Ellos vivieron por todos lados. Recorrieron el continente hasta llegar a Mexico. Nunca les envidié el viaje.
Hoy se cumplen 35 años del golpe. Yo tengo 2 meses mas de vida. Ahora puedo gritar bien fuerte, lo que se me canta, porque Videla está en cana, y Nunca Mas va a haber un golpe de Estado en la Argentina. Y por las dudas, Nunca Menos que está realidad. Vamos por mas, vamos por todo, por lo que no están mas y por los que seguimos peleandola.