Crispados, enojados, podridos, hartos
Ayer, Felipe Sola, antes de reunirse con Magnetto, le dijo a Filmus que era un caradura porque no reconocía que el gobierno apretaba gente. 3 veces lo repitió. “No seas caradura”, con cara de veni a pegarme si te la bancas. El compañero Daniel temblaba de bronca. El video se puede ver aca, pero no es el punto.
La crispación, palabra de moda hace algunos meses, parece contagiosa. Biblita Carrio amenazó al Ejecutivo Nacional con que si no se negociaba no se aprobaba el presupuesto nacional. Lucas lo plantea aca y aca. La Nación, aprieta senadores. Magnetto se reúne con precandidatos disidentes. La Sociedad Rural aprieta desde el púlpito ( a propósito, gran canción de Barragán “Cristo de los sojeros”). Aprieta la AEA. Aprieta la oposición, por izquierda y por derecha.
Todos se comportan como si el próximo gobierno fuera a ser kirchnerista. La sensación es que están marcando la canha. La tesis de Gerardo “cuanto mas hablen de compra de votos, mas lejos están del quórum propio” es una realidad irrefutable. Dirigentes que hace 2 años se fueron, hoy están en una zona gris, como pidiendo pista. Si hasta Buzzi pareciera que tiene bandera blanca en su mano derecha, con intención de agitarse.
La derecha esta enojada. Crispada. No tiene el control que imaginaba tener. El gobierno no está en retirada. 100 tapas de Clarín no tumban a nadie. 1000 denuncias de La Nación, tampoco. Una nueva forma de comunicarse está surgiendo, y el poder hegemónico de los grandes medios se diluye. El aparato político juega de memoria con el poder clásico: monopolio mediatico, Sociedad Rural, AEA. Pero, pareciera, que el poder empieza a estar en otro lado. Algo cambió en la configuración social de nuestro país. Las cartas están sobre la mesa, y a los que antes mentían muy bien, se les nota que tienen 3 sotas. Gran descripción de esta situación hace Dante Lopez Foresi.
Los de este lado estamos hartos de las boludeces que se escriben. Hartos de las pavadas que se pueden ver en los canales privados. Cansados de remar contra la corriente y de sentir que se dice A y se traduce Z. Por eso el esfuerzo tiene que ser el doble y las batallas que se vienen hay que disputarlas desde la alegría y la convicción de que estamos en el camino correcto, porque hoy, a diferencia de otros momentos, estamos felices con lo que tenemos y esperanzados en lo que puede venir.
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