22 de septiembre de 2010

Leuco y la pelotudez humana

Normalmente miro su programa por zapping. 2 minutos porque no me banco a ninguno de sus panelistas (si, panelistas, no columnistas) y al pelado este diciendo "Le doy mi palabra" como si eso valiera algo. Pero ayer fue distinto. Quería ver el momento de LA DENUNCIA. Primero, lo dejaron para cuando llegue Canca Gullo y eso fue a las 11 menos cuarto. Por supuesto no me banqué a Lavagna hablando todo ese tiempo y segui haciendo otra cosa.
Cuando llegó Canca Gullo fue desopilante. Primero dice, bien macho, que el tema de las amenazas lo va a dejar para después, porque no quiere dañar la relación de 27 años con Canca. Y Gullo responde algo asi: "Es que yo no se de que me hablas. Estuve trabajando todo el día, tu producción me llama a las 7 de la tarde, tuve que cambiar mi agenda y vos me decis que es el tema del día?" STOP Leuco dice que su amenaza es el tema del día. Lo repito, porque el tema del día no se dice, ES. Igual a un chiste. Si es gracioso no se explica. Y si es el tema del día, se sabe. Punto.
Despues sigue Canca, hablando del nieto recuperado 102, y del Subcomisario separado, responsable de los allananamientos del 102, del 84 y el caso Noble Herrera.
Leuco: "Que paso? No me entere"
Canca: Como no sabes? Ese es el tema del día

Ahi me puse a pensar en otra cosa. Deje al nabo de Leuco a un costado, y reflexioné sobre que vivimos en dos países distintos, Leuco y yo. O los que son como Leuco y los que son como yo. Con dos agendas mediáticas distintas. Es mas, tenemos distintos gobernantes, distintos jueces. Otra realidad. No vemos lo mismo en un mismo echo.
Se fue el Canca, despues de chicanear a Eliaschev con la palabra monopolio y llegó la temible editorial de denuncia. Leyó una carta, que calculo ya debe estar circulando por ahi. Lo mismo que dijo a la tarde en la radio. Y encima, le dio el pase a Juan Cruz Sanz. Yo no podía dejar de pensar, a esta altura, en los mas de 100 periodistas desaparecidos, los asesinados, durante la dictadura, y antes y después, cuando en serio ser periodista era jugarse la vida.

Cuando apagué la tele, me pregunté si el denunciado no tendría que ser el siome que trabaja con Leuco, por armar semejante quilombo al querer ganarse una mina en una fiesta

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