26 de septiembre de 2012

Hijos del 2001

Nosotros, los que nacimos y crecimos durante la dictadura y el alfonsinismo, sabemos que es la derrota. Crecimos con ella. Vimos a nuestros viejos abandonar la militancia. Vimos a nuestras familias ir y volver del exilio. Conocemos la muerte por razones políticas asi de cerquita. 
Nosotros, los que fuimos adolescentes durante el menemismo, sabemos lo que es no tener esperanza. Ni laburo. Sabemos que significa mirar alrededor y encontrar solo desierto, porque no había ni laburo ni perspectivas de encontrar un laburo. EL horizonte se alejaba aunque nosotros nos quedaramos quietos.
Nosotros, los hijos de la generación diezmada, sabemos de violencia. Nadie nos contó la sangre que corrió en nuestro país.
Nosotros, los que vivimos como pudimos y con lo que había, no odiamos mas. No vale la pena enumerar las marcas que hay en el alma y en el cuerpo de todos esos años. Es pasado.
El 2001 nos eoncontró en la calle. Tirando piedras y poniendo muertos. Buscabamos cambiar el sistema político. EL peronismo, como siempre, se hizo cargo del "que se vayan todos". Hoy, los destinos del movimiento político mas grande del país son otros. Alguno me va a decir: "Eh, NEstor estuvo con Menem". No sean tan lineales, se los pido. Las políticas son otras. Y las esperanzas tambien.
Pero hubo otros sectores sociales en aquel cacerolazo. Y tambien gritaban que se vayan todos. Ese recambio generacional no se dio en todos los espacios políticos. Mas bien lo contrario. ¿Será eso lo que reclaman los cacerolos? Como saberlo. Lo que si sé es que nosotros tenemos representación política y esta gente no. Y eso es un problema, porque se lo llevan de las narices el discurso hegemónico.
Hoy nos quieren llevar al extremo de volver a la violencia. Buscan deslegitimar el triunfo popular desde una supuesta violencia institucional. No hay que entrar en esa. Nunca. Paz, amor y unión nacional tiene que seguir siendo el lema. Somos hijos de la violencia, por lo que sabemos que es lo que queremos y lo que no. Porque queremos un país mejor para nuestros hijos y porque queremos que dentro de 50 años se recuerde a esta época como fundacional, no hay que responder a los insultos. Nunca mas. Nunca menos.


3 comentarios:

  1. Buen aporte. Rescato tu mirada sobre el pasado reciente nuestro.

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  2. Son buenas, Diego.

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  3. Viví esas infames épocas con plena lucidez. Incluso recuerdo vivamente la "fiesta" de libertad y democracia para pocos que se sufrió a partir de setiembre de 1955, hace ya 57 años y adhiero totalmente a seguir apoyando el modelo que nos sacó del infierno y a no ceder a la violencia ni a la intolerancia.
    Hoy una democracia VERDADERA está de nuestro lado. Esperemos que quienes no quieren aceptarla se convenzan de que las urnas son el UNICO camino para intentar imponer su voluntad. Aunque reconozco que NUNCA emplearon ese método para imponer su capricho. Quizás esta vez aprenderán y respetarán el real significado de la palabra DEMOCRACIA.

    Faltan 71 días para el 7D.

    Saludos
    Tilo, 71 años

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