Uno de los mas citados conceptos de la argentinidad es su solidaridad. “Si algo somos los argentinos es ser solidarios” repiten en cadena nacional las doñarosas y los donpedros vernáculos, orgullosos del ser nacional solidario, y despegandose, de paso, de los políticos de turno.
¿Pero somos realmente solidarios? ¿O somos excepcionalmente solidarios? Cada tanto, alguna catástrofe moviliza lo mejor de nosotros y entregamos mucho de lo que nos sobra para los damnificados. Asi, donante y donado readirman el mito del pueblo solidario: “Si no fuera por las donaciones, no se que sería de nosotros”, se escucha, unidireccionalmente en los medios de comunicación. Pegándole a la política, de paso.
Sin embargo, ¿que es lo que pasa entre tragedia y tragedia? ¿Como se expresa la solidaridad del pueblo todo en la cotidianeidad? Una parte de la población, apela a la solidaridad para que los millones de compañeros desclasados y excluidos tengan algo de contención, a través de comedores, casas para chicos de la calle, etc. Una gran parte permanece indiferente y quejandose de todo, sin mover un dedo. Y una parte (mas pequeña) que son los que producen la extraordinaria desigualdad existente, a traves de las extraordinarias ganancias de sus empresas (mucho mas alto que el promedio mundial), la tremenda rentabilidad de sus productos, el bajo salario promedio y la nula capacidad de inversión. Sin embargo, este grupo de gente ha decidido que las cosas son injustas y han destinado una parte ínfima de la rentabilidad de sus empresas a la llamada Responsabilidad Social Empresaria, o dicho de otro modo, a la solidaridad institucional.
Estos programas se enfocan en cuestiones mínimas (apadrinar una escuela, un hospital, una ONG) cuando producen desigualdad a nivel macro, ya sea aumentando el precio de sus productos, ya sea con bajos salarios, ya sea evadiendo impuestos. Este tipo de desigualdad, naturalizada en nuestra región, genera infinita mas pobreza y miseria que aquella que pretende combatir con sus programas minúsculos (que a través las posibilidades que da el dinero, son reproducidos en múltiples medios). Por lo tanto queda una poca conocida capacidad de producir desigualdad y una minúscula capacidad de igualdad reproducida casi por cadena nacional. Son re solidarios, esta muy claro.
Pero avancemos en la descripción del problema. La solidaridad no reemplaza a la dignidad. Es mas, la solidaridad, desde un punto de vista, combate a la dignidad, pues hace digno al que da. Lo llena de orgullo, por eso lo transmite por todos lados (a no confundirse, los programas de RSE no son para que las marcas tengan mejor cabida en la sociedad, son solidarias de verdad), pero hace indigno al que recibe, que depende de otro para su subsistencia. Este úlltimo, lo que necesita es recuperar la dignidad.
Claro, alguno me dirá “Idiota, es mejor que tengan eso a que no tengan nada”. Tienen razón. En el corto plazo, eso es verdad. Pero cuando se transforma en una política, es donde hace ruido. Si a mi me dan a elegir, prefiero que las empresas tengan menos rentabilidad, paguen mejores salarios, e inviertan en mayor producción. Eso sería ser solidarios. Porque lo que necesitan los excluidos es un trabajo digno, no asistencialismo (estatal o privado). Dicho sea de paso, si una empresa patrocina una institución, y logra que solo se consuma su producto allí ¿es clientelismo? “No, chabón, eso es marketing” Ah gracias, no me había dado cuento.
Para que quede claro el concepto, lo que necesita el pueblo marginado y excluido, es participar de la renta nacional, no necesita solidaridad. Claro que los grupos concentrados de poder piensan distinto. Concuerdan que hay que devolver la dignidad, pero ni hablar que toquen su rentabilidad. Eso es intervencionismo, estatismo, y todos los ismos del mundo. El solo echo de plantear la posibilidad de regular la actividad empresaria ya provoca zozobras que resienten al sistema político en su conjunto, y nunca se sabe bien donde comienza y donde termina. Pero que cruje, cruje. Es mas, cuando el planteo es que los que mas tienen tienen que ser solidarios con los que menos tienen en serio (esto signica pagar mas impuestas, tarifas diferenciadas para los servicios públicos, etc), juntos, el sector privilegiado y el sector quejoso, se unen para que esas transformaciones no se puedan ni discutir. La clase media sigue sin mover un dedo “si es todo una mierda, lo que hace falta es seguridad” y los privilegiados anhelan un pasado feliz, al que pretenden volver.
Estamos con dos palabras: Solidaridad y dignidad. Un pueblo feliz es un pueblo digno, que sea autónomo económicamente, y donde cada uno de sus habitantes puede desarrollar sus proyectos. La solidaridad es una herramienta mas que nos ayuda en esa búsqueda. Pero no hay que quedarse solo con eso. En los 40, las damas de la Recoleta eran solidarias, y se encargaban de solidarizarse con todo aquel que lo necesitaba, organizando colectas en grandes comilonas. Evita tambien se preocupaba por los pobres. Sin embargo, ella dio dignidad. En este año nuevo, brindemos porque las acciones sean mas parecidas a las de Eva que a las de las damas de la Recoleta, y porque todos tomemos conciencia de que si no se tocan los intereses de los que mas tienen, la Patria es inviable. Brindemos por un pueblo digno, donde los pares luchen todos los días por la dignidad de cada uno de los miembros del conjunto. La solidaridad no me interesa. Que se la queden los garcas. Ellos fueron solidarios toda la vida. Yo me quedo con la dignidad.
Esto que vos planteás se da en dos niveles, uno, cdo las empresas realizan donaciones (y encima si lo hacen es como vos decís por marketing es decir sólo para mejorar su imagen frente a la sociedad, porque si se lo tomaran realmente en serio el tema de hacer algo bueno por la sociedad harían otras cosas)y también se da cuando las personas les dan una moneda a un pibe en el subte. Pareciera que de esas formas quedaran tranquilas con su conciencia sintiendo que "hicieron algo". Obvio que donar no resuelve el problema de fondo, como la mano dura no resuelve de fondo el problema de la inseguridad.
ResponderEliminarLa sociedad necesita cambios más profundos de revisión completa del sistema pero lamentablemente no sé si alguna vez vaya a suceder un cambio que realmente acabe con la desigualdad social.
Comparto plenamente. Pero lo principal es que todos formemos conciencia, para que dentro de algunos años haya otros cimientos que puedan formar otra sociedad. Gracias por comentar!
ResponderEliminarEl otro dia escuche a Galeano diferenciar entre caridad (que siempre es de arriba hacia abajo) y solidaridad (que siempre es horizontal) Es lo que quise decir en esta nota.
ResponderEliminar