16 de agosto de 2013

Reflexiones de una semana inesperada

Semana compleja esta. Y rica en conclusiones. La primera, obvia, es que no te tenes que dormir nunca. NUNCA. Así  en mayúsculas, porque después te facturan descuidos. Este gobierno nos acostumbró a todos a jugar bien y ganar. Como el Independiente de los 70, el River de los 90 o el Boca de los 2000, vamos a la cancha a ver show y un 1-0 medio penoso o una derrota medio ridícula  ya nos hacen entrar a las puteadas. La segunda es que la realidad es mas compleja que hace diez años. Y que hace cinco. Y que hace dos. Lo cual es muy bueno para todos, porque la complejidad de las demandas implica que las demandas básicas están siendo atendidas.
Si, la vara está muy alta. Altísima. La novedad, el aprendizaje, es que la vara está alta para nosotros también  Incluso para nosotros, los que creíamos que manejábamos la altura de la vara a piaccere. Siguiendo con los ejemplos deportivos, somos el tipo que tiene un récord mundial de alguna variante de atletismo y gana con una marca sensiblemente menor a su media histórica. Cuando el nivel de expectativas es tan alto, se pierde mas contra uno mismo que contra el resto. Ya se dijo para donde va la cosa. No vamos a insistir. Nos quedamos con la infinidad de reflexiones que hicimos todos, en un tono mas o menos parecido, para expresar la vitalidad de este proyecto político. Nos quedamos con las autocríticas que se hicieron en publico y en privado, sobre las necesidades de cambiar algunas cosas. Miles de tipos y tipas (no exagero) a lo largo y a lo ancho del país están analizando este presente y están mirando como colaborar con lo que necesita este movimiento político en este momento.
Si, creemos desde este espacio, que la voluntad de la militancia no alcanza. Abrir el juego también es conducir. Cambiar lo que haya que cambiar es una gran forma de empezar a enderezar el rumbo. Cristina es la mejor presidenta del tiempo que tengo de vida. La que mas se jugó por una sociedad mas igualitaria. La que mas propició por democratizar distintos sectores y la que develó tramas del poder real que estaban escondidas para media de la población. Y porque es la mejor de nosotros es que es lógico que ordene lo que tenga que ordenar y de las batallas que tenga que dar. Y que cambie lo que tenga que cambiar. No esperamos menos, porque estamos acostumbrados. 

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