8 de mayo de 2011

El Holandes Errante, a la deriva

Edu intenta esbozar una teoría sobre la nada. Esta nota debiera llamarse "De como ocupar espacio dominical en el diario de mayor tirada sin decir nada".

¿Cómo seguir otros cuatro años? ¿Cómo sostener la expectativa social que escaló alrededor de ella después de la muerte de Néstor Kirchner? ¿Cómo ordenar, sin que se note, una economía que reclama algún orden perentorio? ¿Cómo administrar los desacoples políticos evidentes en el conglomerado oficial? ¿Cómo reformular la relación con un sindicalismo que ganó muchísimo poder en estos años y con un peronismo que se siente relegado? ¿Cómo evitar que su poder se evapore rápido en un próximo mandato con fecha de vencimiento? Esas preguntas que ilustrarían la pesada carga que le aguarda en caso de vencer, podrían estar explicando, en parte, la razón de la demora para proclamar su candidatura. 

Cristina no desconoce que la mano viene complicada, pero tampoco quiere abandonar el optimismo de un discurso que, hasta el presente, le ha resultado provechoso. Aquella conciencia salió a la luz, con timidez, en dos gestos recientes: cuando pidió apaciguar las huelgas, sobre todo las de tinte salvaje; cuando le reclamó la semana pasada a Moyano y a la CGT moderación en sus reclamos.


Cristina cree, mucho más de lo que creía Kirchner, en algunas fórmulas convencionales para frenar los amagues de desborde. La semana pasada reeditó una suerte de diálogo social cuando recibió, por separado, a la CGT de Moyano, al sector de la CTA de su socio Hugo Yasky, y a la UIA de Ignacio De Mendiguren. La Presidenta les dijo algunas cosas que sus invitados querían escuchar. La necesidad de fomentar inversiones. La promesa a la UIA acerca de que el proyecto de ley de reparto de ganancias, que fogonea el líder camionero, quedaría este año paralizado. ¿La inflación?. Yasky dijo que Cristina se había interesado pero luego se desdijo.
Alguien del poder le habría lavado la cabeza. 


a Presidenta necesita que una cierta calma social entorne al paisaje electoral . Esa calma está amenazada pero no lo suficiente como para ahuyentar a sectores sociales que, frente a la carencia de otras alternativas, podrían renovarle el crédito. Hay dos patas del relato oficial que no deberían ponerse ahora mismo en duda: el de la marcha de la economía, basada en el acicate al consumo, y el de la garantía peronista para disciplinar al gremialismo. Ambas cuestiones, está visto, son en este tiempo relativas: pero conjugadas determinarían una sensación de gobernabilidad que la Argentina suele extraviar con frecuencia.

La Presidenta habló delante de la CGT, la UIA y la CTA con la actitud de quien está decidido a seguir . Pero existen otras pistas certeras: ella misma interviene en el armado de listas provinciales –Mendoza es un ejemplo– donde ordena intercalar a postulantes de La Cámpora . Hay una senda tomada, al parecer, sin retorno .


El Holandes Errante, no solo piensa que se va a presentar, sino que ya ganó. "Hay una senda sin retorno" es una frase derrotista. Ellos saben que vamos por todo, que no nos dejamos hacer creer que están vencidos. No lo están, ni mucho menos. Hasta que no haya un solo pobre en el país no vamos a parar, y para eso debemos terminar con los privilegios de los poderosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario