18 de diciembre de 2014

El kirchnerismo catch all

El 2015 se presenta como una batalla final para el kirchnerismo, peronismo K o como gusten llamarlo. Un momento bisagra que nos va a mostrar hasta que punto la sociedad entiende el mensaje de lo que está en juego y cuál es, en realidad, el avance real que ha tenido la corporación mediatica en estos 4 años. Democracia o corporaciones, batalla final, sería el título de esta película.
Desde acá nos atrevemos a decir que el escenario (mas allá de los actores que ocupen esos roles) esta dividido en 3: un tercio del oficialismo, un tercio de la oposición, y un tercio de personas que no quieren que los políticos le rompan los huevos y que están (con altibajos) conformes con como es la cosa en este momento.
Ese tercio (que en las legislativas siempre juega contra el oficialismo para expresar disconformidades) es el que va a definir la elección. Y a quien el kirchnerismo (repito, o como quieran llamarle, no discutimos semántica en este blog reabierto) le está volviendo a hablar desde hace 1 año. Mas precisamente, desde que Massa ganó en Octubre. 
Históricamente, siempre sostuvimos que lo que había que hacer era interpretar los momentos de la historia, para posicionarte de la mejor forma y, sobre todo, evitar hacer papelones. Y el gobierno hace una interpretación interesante: "Demandas de segunda generación", las llama Cristina. Y sin descuidar al núcleo duro empezar a expandir la política gubernamental en esas demandas que tiene, básicamente  la clase media: transporte, seguridad, tranquilidad en la economía y un par de cuestiones mínimas.
El dispositivo electoral que ideó la Jefa toma estas demandas como eje y construye candidaturas emblemáticas para los distintos sectores. El objetivo central, llegar al 40+10, se va a lograr (como corresponde a esta etapa política) de la forma mas heterodoxa y mas sorpresiva posible. Usar las PASO para aglutinar votantes y dejar sin margen al resto de la oposición. Sin margen para que pasen ambulancias por los territorios y sin margen para tomar banderas en las cuales anclar sus candidaturas.
Pero no nos quedamos solo eso. Anuncios de obras fundamentales en ciudades, a priori, opositoras e inversión en infraestructura como nunca antes sucedió en estos 10 años. Dicho de otra forma, lo que en 2011 fue la AUH, para 2015 tiene que ser obras de infraestructura. A eso se apunta, sin mezquindades políticas y fortaleciendo anuncios en distritos que son históricamente opositores.
Llegar al 40+10 (al 45 si nos vamos de rosca y la oposición se desintegra como parece que esta sucediendo) sería un gol de media cancha de Cristina, porque está claro que no hay otra persona en el país que tenga ese caudal electoral. Y para llegar a eso van a pasar algunas cosas raras y otras rarísimas, pero que tienen que ver con la implosión de los opositores y su necesidad de sobrevivir en el juego
En síntesis, de la mano de Cristina, el FPV se encamina a ganar en primera vuelta, con contundencía. Desplegando una infinidad de recursos políticos, culturales, territoriales y económicos que pocas veces tuvo un frente después de 12 años de gobierno. Vamos por todo, para continuar transformando el país. No es hora de egoísmos, sino que es hora de ponernos al servicio de que es lo que necesita la Patria y que necesita el movimiento.