“El hambre en el mundo no es producto de la volatilidad de los precios, sino de la pobreza y una injusta distribución de la riqueza.” Con estas palabras, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, abrió su discurso en la reunión del Grupo de los 20, que reúne a países desarrollados y emergentes. El encuentro se desarrolla en Francia, donde se analiza la situación internacional de los mercados de commodities. Puntualmente, Europa propone que se fijen precios máximos para las materias primas agrícolas, posición que es rechazada por la Argentina. “Los precios artificialmente bajos por los subsidios de los países desarrollados han sido una de las causas que desalentaron la inversión agrícola en América latina y Africa”, señaló Domínguez. La contrapropuesta de los países en desarrollo es aumentar la oferta y así evitar la especulación financiera alrededor de los commodities.
"Tenemos que producir más alimentos para más personas, aunque no de cualquier manera, sino de forma sustentable. El 80 por ciento del área cultivada en la Argentina utiliza la siembra directa, lo que permite la simplificación de los costos operativos y mejora en un 25 por ciento el uso del agua”
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