Estoy cansando. Desde hace 10 días que escuchamos huevadas de todo tipo. La maquinaria propagandística del mutimedio oligopólico y sus afines oligopólicos genera un ruido infernal. Los cacerlos son NADA al lado de este ruido que no deja pensar y no deja vivir. Y si uno, que ya ni siquiera mira los canales y lee cada vez menos esos diarios, porque es imposible, está harto, me imagino el frío en la cabeza que deben tener sus lectores. Si, esos lectores/televidentes que eran mayoría en el Obelisco y en el país.
El jueves hubo una protesta. Una multitud se reunió para protestar. Y cada uno llevó su protesta individual. Le voy a robar a Angie el concepto de "catarsis colectiva" porque es clave: cada uno fue a desahogarse por su pena... Y NADA MAS. En la Plaza de la heterogeneidad, hubo lugar para todo, pero como hablar de todo es hablar de nada, hay que repasar dos o tres ejes principales de la protesta:
1) Los que fueron, mayoritariamente votantes de la oposición, protestaron contra el sistema político. No contra el Gobierno, sino contra los políticos. Ahora bien, tampoco exigieron una nueva forma de participación. No exigían una democracia menos delegativa y mas horizontal. No. Reclamaban "que los políticos hagan bien su trabajo, que para eso les pagamos". Una actitud patronal, como si los políticos fueran "la muchacha" o "el empleado", en negro claro. Una ridiculez por donde se la mire. Los políticos no son empleados de nadie. Ese verso liberal/conservador yanqui se hace carne en los cacerolos y le erran al viscachazo. Para cambiar las cosas hay que comprometerse con una idea. No alcanza con movilizarse una vez cada dos meses. No alcanza con putear. El menemismo hubiera durado 2 años. asumirse como "el patrón" de los políticos expresa, en una de las pocas cosas serias que dijo Caparrós en los últimos años, un estado prepolítico. Los políticos son pares, no empleados, señor cacerolo. Enterese que ud tambien puede serlo. ¿Que? ¿Puesto menor? Asi le va a Magnetto
2) La crisis de representación que hay en el sector de la oposición es una debilidad de la democracia. Los radicales (otra vez, si), aún en retirada y con cada vez menos influencia en la vida pública, siguen siendo a segunda fuerza nacional. Y no conmueven a nadie. Los opositores no conmueven. Desde el peronismo gobernante hay ilusiones y capacidad de generación de ilusiones y esperanzas. Si yo fuese opositor y odiara al gobierno, envidiaría a los peronistas por tener eso que yo no tengo. Y estaría enojado, claro. Saber que dentro de tres años las cosas van a seguir mas o menos igual, y no poder hacer nada, debe ser fruustrante.
3) El fin del periodismo es una realidad. Clarín ya no miente ni manipula. Clarin grita, ordena, le da sentido y sustento a la indignación. "Crisis", "desgobierno", "deslegitimidad", "decepción", son palabras que se están usando sin ninguna vergüenza. Ahora bien, que el periodismo atraviese la crisis mas grande de la historia de la profesión, y que las empresas mediáticas sean incapaces de sostener un negocio sin entrar en la extorsión, habla muy bien del gobierno que no se deja extorsionar y que sigue manteniendo su agenda a pesar de las embestidas mediáticas.
La del jueves fue una NO-MANIFESTACIÖN. Se juntó gente a gritar, pero hubo mucho ruido. No, no era por las cacerolas. Era Clarín.
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