La interna de la CGT, capitulo 13245345667

Fracutura, dice Caló. Vengan al Confederal del 12, dicen los moyanistas. La cuestión, acá, es como el Movimiento Obrero se ubica en esta nueva etapa del proceso político. Ni mas ni menos que eso es lo que se discute. En este blog ya expresamos nuestra visión sobre el rol que tiene que tener la CGT en un gobierno popular. Sinteticamente, tiene que funcionar como correa de transmisión y encuadramiento, para profundizar el proyecto político. Y se hace con lo que hay. No se pueden importar dirigentes vietnamitas con conciencia de clase y purismo ideológico. Los dirigentes sindicales que tenemos son estos. Negociadores, oportunistas, burócratas. Es lo que heredamos de la dictadura y el neoliberalismo. Y construir un nuevo movimiento obrero lleva tiempo, no se puede hacer de otra manera.

Bien, explicado esto, pasemos a la siguiente pantalla que es entender como se va a resolver la disputa por la CGT. Es muy probable que Tomada dicte la nulidad de todo lo actuado por el Consejo Directivo de la CGT, y prorrogue los mandatos hasta dentro de un par de meses, para q se puedan hacer las elecciones. En lo formal, una resolucion limpia, que va a ayudar al MOO a encontrar una salida a la crisis institucional que vive.

En lo real la cosa es mas compleja. La unidad requiere de voluntad y de dejarse conducir. La unidad del MOO la garantiza el movimiento. Es el peronismo el que ayuda a que los diferentes sectores gremiales convivan dentro de un mismo esquema. Sin ir mas lejos, entre 2004 y 2012, Gordos, independientes y moyanistas convivieron en la misma CGT. Lo raro es que el moyanismo acaba de redescubrir que los Gordos son entreguistas. En fin. Chicanas que no resisten un análisis.

Decíamos que en lo real, el MOO se tiene (nos tenemos) que dar una estrategia de superación por encima y para adelante del conflicto. Las disputas entre gordos y moyanistas, por cosas que sucedieron hace 20 o 30 años dejan afuera a la mayoría. El problema, entonces, es la permanencia en el poder por parte de unos y otros. Darle mayor protagonismo a las bases, hacer una campaña sindical de reafiliación masiva, reorganizar los sindicatos en base a las necesidades de los trabajadores y no en base a las necesidades coyunturales de los dirigentes. Por supuesto, en el pliego está que las Obras Sociales dejen de ser un negocio.

Entender que es el momento de que las nuevas generaciones tomen los sindicatos, empiecen (empecemos) a poner una subjetividad distinta en juego, romper con la lógica corporativa que TODOS TIENEN, es la tarea que existe si queremos recuperar la CGT. La otra opción es sentarse a ver como implosiona, que es a lo que, parece, están todos apostando.